viernes, 10 de agosto de 2007

LOS DISCÍPULOS DE TROMPÍN

Una vez había un señor que tenía una finca mu buena, una finca mu hermosa. Y claro, arreglao a la buena finca pues así tenía el apero de labor. Y tenía unas yuntas que era una cosa seria y tenía un burro p’al suministro ¿no? pa llevar las cosas al tajo y to eso, que daba encanto de velo. Y lo que pasa con las cosas, siempre pasa el tiempo y el burro ya el plan que tenía que hacer pues no podía con él. Y le dice el amo a la mujer y los hijos, hablando ya de los animales:
- El burro ya se va portando malamente, no puede... Si viniera algún circo o algo lo vendíamos pa las fieras.
El burro de que lo oyó se le puso al pobre las orejas tiesas.
- ¡Caramba, anda que lo que me espera! Tavía pueden escrimame y sacame más jugo pero de aquí a cuatro días puede venir un circo d’esos y voy a servir de pasto pa los leones.
Conque piensa lo que piensa una noche y se escapa. Y se va el burro andando, anda que te anda, anda que andarás, y pasa por una finca que había un perro que estaba el perro tendío así a lo largo y de cuando en cuando meneaba la cabeza el animalico sacudiéndose las moscas y pasa el burro.
- ¡Dios te guarde compá perro!
- ¡Venga usté con Dios compá burro! ¿Adónde va usté?
- Pos mire usté lo que m’a pasao. La vida... mientras se puede aprovechar algo pues tratan a uno bien pero cuando ya no puede uno responder pos lo que hacen es... Mira, m’an dicho esto y yo pos he pillao el camino y me voy a vivir ahí, si llego, a esos desiertos de bosques y me apaño tranquilamente los cuatro días que me quedan de vida y no sevir de pasto a las fieras.
- Pos mire usté, ¿sabe usté lo que he pensao, compá burro?... que yo también estoy ya flaquillo, estoy un poco cansao de la vida y no me miran con mu buenos ojos tampoco. Me voy con usté.
De modo que dice el burro:
- Pos súbase usté en lo alto. Usté pesa poco.
Conque pega el perro un salto, se monta en lo alto el burro y van los dos anda que te anda, anda que andarás, anda que andarás, y ya veían en lontananza el bosque.
- Compadre ya nos quea poco... Unos cuantos tironcillos, ¡a bien que no tenemos que acelerarnos!
Conque pasan por una finca y había un gallo y estaba el gallo:
- ¡Kikirikiiiiiii, kikirikiiiiiii!
Y conforme van andando le dice el burro:
- Compá gallo, qué bien canta usté ¿eh?... ¡Cómo se conoce que está a gusto y contento!
- Si porque pasó mañana es fiesta y lo van a celebrar. Y pa celebralo me van a cortar el pescuezo, me van a comer frito.
- ¡Hombre, pos eso porque usté quiere compá gallo! Véngase usté con nosotros, que nos pasa esto.
Y ya le cuentan la osadía que les había pasao al burro y al perro.
- Si.
- Bueno, súbase usté en lo alto del perro.
Conque da el gallo un volatazo ¡cataplum! se sube en lo alto el perro. Y hala que te hala, anda que andarás. El burro pos acostumbrao a la carga pos no llevaba na el animalico y los otros pos iban aliviaicos ¿no?
Bueno, pos anda que te anda, anda que andarás y ya que van a llegar había una casa de gente pobre que se la apañaban con un poquillo de ganao que tenían, una güertecilla... Y conforme van, ven a un gato que se pone:
- ¡Fuuuu, fuuuuuuu...!
- ¡Dios le guarde compá gato! ¿Qué es eso que está usté bufando?
- Ya es que estoy viejo, ya no puedo ni cazar ratones y aquí estoy... Y si viene alguno pos como la virtú la tenemos en los bigotes y como ya no tengo ni bigotes pos hasta los ratones se ríen de mí.
- ¡Pos véngase usté con nosotros, de tos maneras...!
Conque salen los cuatro anda que te anda, anda que andarás y llegan a la entrá del bosque.
- ¡Vaya, gracias a Dios que hemos llegao, hombre! Y por lo menos aquí habrá yerba, habrá bichos, hay pájaros... En fin pos ca uno comerá lo que quiera. El compá gallo de las simientes que caigan, el compá perro de lo que pille, el compá gato pos también...
En fin ya ca uno a lo suyo. Y dice el burro:
- Y yo, yo me las apaño también... hay bastantes rastrojos, hay bastante brosica. Nos vamos a quedar aquí.
- No, amos más p’adentro.
Siguen más p’adentro y conforme van entrando sienten unos bufíos mu gordos.
- ¿Y esto qué es?
- Pos vamos a ver con mucho sigilico a ver lo que hay ahí.
Se asoman y hay un elefante el pobre allí, que estaba el pobretico...
- ¡Dios guarde a usté compá elefante!
- ¡Vengan ustedes con Dios compá perro, compá gato, compá gallo y compá burro!
- ¿Y qué hace usté?
- Pos yo estoy aquí... he estao haciendo una mijilla de gimnasia con este arbolillo a ver si puedo arrancalo, a ver si tengo tavía una mijilla de fuerza en la trompa. Y tavía, tavía me las apaño una mijilla pero ya con mucho trabajo, ya no puedo hacer na.
- Pos aquí vamos a vivir tranquilos tos y usté va a ser... el director, va a ser Trompín y aquí cuando queramos divertinos pues a tocar la banda.
Pues efectivamente, se ponen a ensayar, va Trompín con toa su trompa, se pone a dirigir la orquesta. Sale el burro rebuznando, el gallo cantando, el gato maullando, el perro ladrando... pos una banda por to lo alto allí en el bosque.
- ¡Vaya, pos ha estao mu bien, mu bien! Pos ahora vamos a ver si encontramos algo.
Conque se dan una vuelta por allí y era ya el tiempo de recoger las cosechas y como había tantos árboles y tantas cosas silvestres, pos había higos, chumbos, peras, manzanas... en fin, era un bosque mu grande y había de to, mu buenos árboles de toas clases. Pos de comía se prepararon bien preparaos.
- Bueno ¿y pa qué vamos a preocuparnos del mañana? Si de toas maneras vamos a estar aquí y no tenemos problemas ningunos pos vamos... Cuando nos haga falta pos comemos y ya está y cuando queramos divertinos un rato pos se hace llamada a banda y a tocar.
Pos pasa el tiempo y estaban encantaos de la vida, no tenían problema ninguno. Ya el burro no se acordaba de que se lo iban a comer, ni el pollo de que le iban a cortar el pescuezo, na... estaban encantaos de la vida. Tenían el problema de la comía resuelto, los trajes ¡pos ya verás! con el primero tenían bastante mientras les durara.
Pero pasa el tiempo, y lo que pasa con las cosas, que llega una cuadrilla bandíos juyendo, lo mismo que ellos habían ío los pobres corriendo de su sombra, una cuadrilla bandíos juyendo de las autoridades, que los pillaban.
Y se meten en la espesura esa y en esa espesura había una cueva mu grande, tenía una profundidá mu grande la cueva. Y los animales ande tenían el refugio era pos en lo hondo de la cueva. Allí tenían... en un sobresaliente que había allí se subía el pollo; el gato pues a un rinconcillo; el perro pos a la pata la llana ande él quería ponese; el burro, que quería ser el centinela, pos en la puerta de la cueva, si venía alguien pos cuatro patás y a defender la entrada.
En fin, allí se las apañaban. Así que los ladrones no se dieron cuenta de que estaba allí la banda de músicos. Conque se meten en la cueva y sin preocupase de metese adónde.
- ¡Pos aquí estamos encantaos de la vida, aquí en esta anchura estamos como Dios! ¿Aquí quién va a venir en busca nuestra...?
Van y pasan allí la noche y por la mañana le dice el capitán a uno de los bandíos:
- Tú vas a aviar de comer.
Conque va y de lo que llevaban ellos y de lo que recogieron preparan la comida y se ponen a comer. Pero era mu buen cocinero y salía un tufillo que fue p’adentro la cueva donde estaban los músicos y conforme iba el tufillo pa dentro al burro se le hacía la boca agua de la ganica de comer que tenía y del olorcico que daba. El pollo pos lo mismo, el perro pos igual.
Conque ya que está la comía hecha y están tos comiendo ya no pudieron aguantar más los otros, los de la banda de música, y salen como una exhalación juyendo. Y de que los bandíos oyen lo que viene allí dicen:
- ¡Un volcán que sale de la cueva...! Aquí nos mata, ¡vámonos juyendo!
Y salen a juye que te pillo y llegaron casi al fin del bosque y to la banda, con la buena comía que habían hecho los bandíos, dijeron:
- ¡Esta es la nuestra y anda que la panzá que nos vamos a pegar!
De modo que se pusieron allí, se comieron la comía de los bandíos y dicen:
- ¡Pos ahora conforme estamos, una buena siesta...! ¡Esto ha sío que ni a cosa hecha!
Y dice Trompín:
- Pero eso tenemos que organizalo bien no vayan a venir... ¡Hay que estar alerta!
Entonces dice el burro:
- Pos yo lo de siempre, me pongo en la puerta y si vienen...
Y dice el elefante:
- Yo me quearé también contigo y si puedo pillar a alguno así con el moco lo voleo.
¡Pos ya verás! Conque el gato se sube, se pone allí en un rinconcillo al lao de la lumbre, el gallo se sube a lo alto, el perro se puso allí también al rescoldillo y estaban casi en la gloria, medio dormíos y sienten jaleo. Y entonces el burro fue y los despertó.
Y resulta que el capitán de los bandíos, cuando había pasao un rato que estaban en la linde el bosque, le dice a uno:
- Tú mira, pilla el camino y ve a ver qué ha pasao en la cueva, a ver si sa derrumbao, a ver lo que ha pasao de ese jaleo que sa sentío.
Conque va el tío, sale anda que te anda, anda que andarás, llega a la cueva y le daba miedo de metese pero tenía que ver lo que había. Va, y el burro y el elefante lo dejaron que entrara a ver lo que hacía ¿no? y el tío sin mirar ni a un lao ni a otro se mete pa dentro y va y dice:
- Voy a ver a la cocina a ver lo que hay.
Y ya atentando así y estaban los dos ojos del gato ¡ya verás! se le iban, y dice:
- Cucha, tavía dos tizones de lumbre ahí.
Va agarra los dos tizones de lumbre y hace el gato:
- Aaaaauuuummm.
Y le tira un lanternazo que si por poco le saca los ojos. Y sale juyendo y al mismo salir juyendo hace el burro:
- Ahhhhhhh.... ahhhhhhh...
¡Pom! le pega dos mazazos que lo hizo...
- ¡Blotas, m’a dao un mazazo que m’a encostillao, si me pilla la cabeza me hace peazos!
Entonces va el elefante lo agarra con la trompa y ¡pum! y lo tira y sale volando. Y el gallo en lo alto:
- ¡Kikirikiiiiiii. kikirikiiiiiii, kikirikiiiiiii!
Y el tío ya juye que te pillo hasta que llega ande estaba el capitán y dice el capitán:
- ¿Qué, qué...? ¿Cómo está aquello? ¿Podemos ir p’allá?
- ¡Quita mi capitán! Allí no hay quién vaya, allí lo que hay es una cuadrilla que están deseando pillar a alguien pa hacelo peazos... ¿No ves cómo vengo?
Iba el pobretico que no podía valese.
- M’a pillao un gigante con una maza que tenía en la mano y m’a pegao un mazazo que mira usté cómo tengo las costillas, estoy encostillao perdío. Pero si no quiere usté eso toma usté uno que m’a pillao con dos deos y ¡cataplum! ha salío volando que si por poco puedo llegar aquí. Y otro venga haceles aplausos y uno que había en lo alto que decía: “Traémelo aquí, traémelo aquí, traémelo aquí”
De modo que entonces el capitán pilló la cuadrilla, se fueron y dice:
- ¡Vámonos a otro lao porque aquí no podemos vivir y nos van a pillar, así que vámonos a otro sitio!
Ya los bandíos se fueron por un lao y ellos se quedaron allí en la cueva. Y ya pues si tenían gana de divertise tocaban una pieza y pasaban su rato tranquilamente.

No hay comentarios: